Título: El último reino: Heredero de las Hadas
Autor: Leo Batic
Saga: El último reino
Editorial: Ediciones B
Primera edición - 2011 - Impreso en Argentina
Contratapa: Una joven que desconoce
su verdadero poder. Un reino que sólo tiene una oportunidad para volver a la
vida. Y una lucha sin cuartel en defensa de la última fuente de magia.
Una saga que recién comienza, y que
vos no te podés perder.
Sofía parece una adolescente como
cualquier otra. Va al colegio, tiene amigas y está enamorada del chico que
todas quieren conquistar. Sus padres están separados y en su casa mandan unas
tías excéntricas. Hasta que una noche tiene una pesadilla: ella está ahogándose.
Adentro de una perla transparente. En las profundidades del océano. Frente a la
mirada de treinta y tres dragones de mar. Es tiempo de revelaciones. Es tiempo
de despertar...
“Escrita con belleza y solvencia,
desplegada en imágenes de alta contundencia sensorial, esta historia habilita
un reencuentro con lo más serio del género fantástico. Fuerzas opuestas, y un
enfrentamiento que se sobrepone al tiempo y al espacio para librar batallas que
son, al mismo tiempo, eternas y urbanas, legendarias e íntimas.”
Liliana Bodoc (autora de la trilogía “La
Saga de los Confines”)
De cómo lo
encontré:
Me lo gané hace dos años en un concurso de la revista Huellas de Tinta. Está
autografiado con un hermoso dibujo.
Impresiones: Muy bueno. De verdad.
Un libro que empecé a leer con desconfianza, pero que poco a poco fue captando
mi atención al punto de no poder soltarlo. Es una historia muy sólida, situada
en la actualidad, con una protagonista con problemas totalmente reales de
cualquier chica de su edad que de pronto se ve envuelta en una situación que
ella no pidió y para lo cual no está nada preparada, o por lo menos así lo cree.
Sofía me pareció totalmente cercana, a
pesar de la diferencia de edad que nos separa. Creo que si hubiera tenido la
oportunidad de leer sobre ella hace 20 años (tengo 37) hubiera causado un gran
impacto en mi, mucho mayor del que ha causado ahora. Tiene amigas “cool” que no
la consideran parte del grupo, ignora a quienes están “por debajo” en la
popularidad escolar, está enamorada de un chico que no sabe que existe y además
tiene una vida familiar muy complicada. La forma que va cambiando la relación
con las personas que la rodean es muy natural, los deseos que tiene, las
fantasías que pasan por su familia y por sus amigos, todo en ella es normal.
De forma natural se dan también los
cambios, los pequeños guiños que se van sumando y las rebeldías de su edad que
la llevan a descubrir todo un mundo que siempre estuvo a su alrededor pero que
era incapaz de ver. Cada vez que Sofía se revela, cada vez que corre o se
refugia en alguien, la comprendí perfectamente, la entendí desde mi yo de hace
20 años, con sus ganas de evitar los cambios y de que sucedan rápido, con sus
prisas y sus ausencias. Creo que el autor refleja perfectamente lo que es tener
esa edad y pasar por cambios que, aunque no sean los de la protagonista, igual
asustan y nos ponen las cosas en perspectiva.
De los personajes secundarios, en
ningún momento me sentí interesada en el chico por el que Sofía estaba, en
parte porque está muy desdibujado y sus actitudes no se entienden. Espero que
en los próximos libros nos den un mejor trasfondo para sus acciones, porque
realmente no entendí que hacía cuando lo hacía ni para qué. Las “amigas” están
perfectas, todas, desde las populares con sus estereotipos hasta las
impopulares. La forma en que Sofía se da cuenta del verdadero significado de la
amistad y de quién merece ser llamada “amiga” es tan real que me gustaría que
todas las chicas de la edad de la protagonista leyeran el libro sólo para que
puedan ver distinto su escala de valores en cuanto a amistad se refiere.
Las tías me resultaron algo confusas,
me las confundía todo el tiempo y no podía distinguirlas, y cuando se unen más
de ellas a medida que se desarrolla la trama, más difícil distinguir quién era
quién en el entorno. De todas formas, hacia el final del libro se logra poner
muchos de los nombres en su lugar, a pesar que sufran cambios en algunos puntos
de la historia, especialmente en los flashbacks.
Los padres me encantaron. Aunque no me
gustó el rol de la madre, es exactamente lo que hay que sentir, ese personaje
no es “querible”, por lo menos por ahora. No es mala, todo lo contrario, es un
personaje que no lucha ni se defiende, que vive apenada y que no tiene ganas de
pasar por todo esto que le está pasando desde hace años, que se deja llevar. En
cambio el padre, es todo pasión e imaginación. Me encantan las cosas que hace
Claudio, pude imaginarme su estudio y me enamoré de su castillo y su casa del
árbol.
Hay otros personajes que aún no tienen
mi cariño, porque aún no sé muy bien de qué lado ponerlos, pero estoy segura
que hay mucho más de ellos para contar en los próximos dos libros y allí
estableceré mi confianza o mi rencor hacia ellos. Sólo voy a decir que quiero
vivir en el departamento que tiene uno de esos personajes, así tal cual como
está descrito por el autor.
En resumen, es un libro que me gustó
tanto que ya quiero saber cómo sigue. Si no fuera porque, en un día de corte de
luz, en el que no podía leer en papel, empecé otro libro en digital (que por
suerte tienen una batería que dura un montón) y no me gusta tener libros
empezados y sin terminar, me hubiera puesto ya con la segunda parte.
Nota final:
PD: Leo Batic es un ilustrador genial, yo sin saberlo ya tenía libros suyos, y son estas preciosidades, libros ilustrados sobre los seres mitológicos argentinos, una genialidad!